La historia comenzó con un pedido de 30 tazas de té con la solicitud de escribir el nombre de cada persona en cada una. Enfadado por la petición, el transportista publicó la historia en redes sociales con el número de teléfono y la dirección de la clienta. Como resultado, la clienta se convirtió en el blanco de críticas, se vio obligada a cerrar su perfil personal y fue suspendida de trabajo por la empresa. Mientras tanto, la transportista también perdió su trabajo por violar las normas profesionales. El incidente no fue grave, pero el desenlace dejó a los involucrados en una situación difícil, sufriendo críticas sociales y perdiendo sus empleos.
Cabe mencionar que este tipo de incidentes no son raros en la sociedad actual, especialmente en un contexto en el que ordenar ha dejado de ser una tendencia para convertirse en una parte esencial de la vida. Sin embargo, la razón por la que este incidente ha causado revuelo en redes sociales se debe al comportamiento de ambas partes. En lugar de dialogar para encontrar una solución mutuamente beneficiosa, tras tan solo unas líneas de mensajes de texto, ambas partes publicaron el incidente en línea y fueron aniquiladas por el supuesto "juicio de la comunidad en línea".
Ambos personajes de la historia anterior tienen sus propias razones; ninguno tiene toda la razón ni está completamente equivocado. Pero el mayor error es la divulgación de información personal ajena, en este caso del cliente, lo cual constituye una violación de datos personales, según lo estipula la ley. A partir de ahí, la historia, que era solo un conflicto personal, se convirtió en una guerra dialéctica en línea; muchos incluso acudieron al sitio web de la empresa de la clienta para atacar, o usaron lenguaje ofensivo para atacar a la familia del transportista...
El asunto probablemente no habría ido demasiado lejos si ambas partes hubieran encontrado una voz común con calma, comportándose con cortesía, poniéndose en el lugar del otro para comprender, respetar y compartir. El cliente podría haber considerado hacer solicitudes adicionales o acordar tarifas y tiempo adicionales. Por el contrario, en lugar de negarse de inmediato, el transportista podría haber negociado condiciones adicionales o haberse negado cortésmente. Entonces, esta historia habría tenido un final mucho más amable y sencillo.
El incidente demuestra una vez más que en la vida diaria, especialmente en una era en la que la comunicación en línea se está volviendo cada vez más popular, aprender a comportarse de manera sabia y flexible en cada situación es esencial para evitar incidentes innecesarios que afecten negativamente la vida.
Fuente: https://www.sggp.org.vn/chuyen-be-dung-xe-ra-to-post810031.html
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