Muchos países ya han aplicado tecnologías inteligentes para monitorear las colmenas en tiempo real - Foto: Beehero
El cuidado de las colonias de abejas ya no depende solo de la intuición ni de la observación manual. Gracias a sensores e inteligencia artificial, la colmena puede registrar automáticamente la temperatura, el sonido y la humedad, y enviar los datos al teléfono del apicultor.
Las colmenas 'hablan' con sensores
Los sensores son un componente clave que permite a las colmenas comunicarse con los humanos. El dispositivo compacto, ubicado dentro de la colmena, puede medir continuamente indicadores como la temperatura, la humedad, el peso y el sonido. Los datos se envían a un teléfono o plataforma en la nube para que el apicultor los monitoree a distancia.
Por ejemplo, si la temperatura de la colmena baja repentinamente o el peso de la colmena cambia de forma anormal, el sensor enviará una señal de alerta al teléfono. Algunos dispositivos también registran la frecuencia con la que las abejas entran y salen de la colmena para detectar a tiempo el riesgo de salida masiva. Estas alertas permiten a los cuidadores revisar la colmena a tiempo sin tener que abrir la tapa con frecuencia.
Según la investigación de Tuoi Tre, en EE. UU. y Europa, el modelo de colmena con sensores integrados se ha aplicado en granjas, zonas de investigación e incluso en tejados de ciudades. La recopilación continua de datos no solo ayuda a proteger las colonias de abejas, sino que también apoya la investigación sobre el entorno y el ecosistema circundantes.
La inteligencia artificial «traduce» zumbidos en señales de advertencia
Colmena equipada con sensores en el proyecto 'Smart Beehive utilizando la plataforma IoT Waspmote' - Foto: Libelium
Los datos de la colmena no solo se registran, sino que también son analizados por inteligencia artificial para detectar cambios notables. En lugar de mostrar solo números, el sistema aprende del comportamiento real de cada colmena para reconocer anomalías: abejas que se mueven menos, zumban con una frecuencia inusual, la temperatura de la colmena aumenta anormalmente rápido…
Algunos modelos incluso pueden comprender el ruido de las abejas a lo largo del tiempo, lo suficiente como para distinguir entre fluctuaciones normales (como cambios climáticos) y señales de alerta reales. Esto permite a los apicultores monitorear proactivamente la salud de la colmena, en lugar de esperar a que ocurra un problema para detectarlo.
Sin embargo, no todas las advertencias son del todo correctas. La inteligencia artificial aún puede malinterpretar si la colmena se comporta de forma anormal debido a factores extraños, como ruido exterior o perturbaciones ambientales.
En esos casos, el agricultor puede ajustar el nivel de alerta o verificarlo con observaciones reales. La mayoría de los sistemas están diseñados para aprender de datos reales, por lo que la precisión mejora con el tiempo.
No sólo apicultura, sino también protección del medio ambiente
La capacidad de las colmenas para enviar datos no solo facilita su gestión, sino que también son de gran valor para la investigación ambiental. Varios proyectos en Estados Unidos, Europa e Israel utilizan colmenas inteligentes como biosensores para monitorizar la salud del ecosistema circundante.
Las abejas son extremadamente sensibles a los cambios en el clima, la calidad del aire y las sustancias químicas del suelo. Si las poblaciones de abejas de una región muestran signos de estrés o cambios significativos en su comportamiento, esto puede indicar que algo no va bien en el medio ambiente. Registrar estos datos en tiempo real ayuda a los científicos a comprender mejor la conexión entre los seres humanos y la naturaleza.
Para los apicultores, la tecnología de colmenas inteligentes también ayuda a reducir costos, ahorrar tiempo y aumentar la capacidad de mantener colonias de abejas sanas. En algunos países, este modelo también cuenta con el apoyo de políticas o financiación de organizaciones conservacionistas.
Los sensores integrados con IA pueden analizar tanto los campos magnéticos como los sonidos de las colonias de abejas - Foto: Beehero
De pequeños dispositivos a grandes cambios
Aunque el sensor de la colmena es tan pequeño como la palma de la mano, su impacto es enorme. Los apicultores ya no tienen que depender exclusivamente de la intuición, mientras que los investigadores disponen de un canal de datos en tiempo real para monitorear las fluctuaciones ecológicas.
En muchos países, esta tecnología se considera un paso adelante hacia la agricultura de precisión, donde las personas toman decisiones basadas en datos y no en experiencias anecdóticas. En particular, en el caso de la apicultura, se espera que la combinación de tecnología y naturaleza ayude a mantener colonias de abejas sanas en una era de cambio climático cada vez más impredecible.
Por supuesto, la tecnología no es fácil de adoptar para todos los apicultores. El costo, la infraestructura de red y la usabilidad de los dispositivos siguen siendo barreras. Pero si esta tendencia continúa, es posible que en un futuro próximo, escuchar lo que dice tu colmena sea tan rutinario como abrir una aplicación del tiempo.
Fuente: https://tuoitre.vn/bat-ngo-tri-tue-nhan-tao-giup-nuoi-ong-20250624110937388.htm
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