La magnificencia de la naturaleza, el clima fresco, el espacio fresco, el disfrute de la cultura tradicional y una gastronomía única... son cosas que hacen que turistas de todo el mundo no puedan olvidar cuando ponen un pie aquí.
El fresco espacio verde que la naturaleza le ha otorgado a la Bahía Yang
FOTO: KH
El nombre Bahía Yang - en Raglay significa "cascada celestial", junto con la cascada Yang Khang y la cascada Ho Cho, cada cascada tiene su propia belleza, creando una "familia" de cascadas en medio del bosque, el origen de leyendas que han entrado en la poesía, canciones, música, pinturas...
Al entrar aquí, te sentirás como perdido en un jardín paradisíaco, donde animales y plantas se integran al ritmo natural de la vida. Tanto adultos como niños quedan fascinados por la diversidad de animales y plantas. El zoológico abierto reúne numerosos animales familiares, como ovejas, ciervos, cabras, conejos, cobayas... criados en un espacio semisalvaje. Los niños tendrán la oportunidad de observar, interactuar y aprender sobre el entorno y los hábitos de los animales de una forma efectiva y dinámica, aprendiendo jugando.
Los turistas tienen contacto amistoso con los animales.
Igualmente atractivo es el jardín botánico, con su variedad de flores y frutas típicas. Enrejados de calabazas y calabacines cargados de fruta, coloridos arbustos florales y exuberantes enredaderas verdes crean una vívida imagen natural, que ayuda a los visitantes a comprender mejor la riqueza de los recursos vegetales del lugar. Bajo la suave brisa, las copas de los árboles parecen susurrar historias sobre la vigorosa y duradera vitalidad del gran bosque.
El campo de flores, de más de 10.000 m² de ancho, florece durante todo el año, salpicando el verde bosque de brillantes colores. Cuando la luz del mediodía comience a filtrarse entre el follaje, elija una cabaña para descansar junto a la cascada o sumérjase en las cálidas aguas termales naturales, deje que su alma converse con la naturaleza y escuche el sonido del arroyo como una melodía meditativa del inmenso bosque.
Paisaje pintoresco de la zona de aguas termales de Hocho
Alojarse en Yang Bay es una experiencia inolvidable que no debe perderse. Según sus preferencias, puede optar por un glamping cómodo en plena naturaleza o experimentar la mágica sensación de acampar al aire libre. Juntos, hagan una fogata junto al lago, asen maíz, cuenten historias por la noche, escuchen el sonido de las cascadas mezclado con el de la grava al deslizarse bajo sus pies, creando un espacio acogedor y mágico en medio de la tranquilidad de las montañas y los bosques. A la mañana siguiente, con solo levantar suavemente la solapa de la tienda, recibirá el brillante amanecer que se alza tras las montañas, mientras la dorada luz del sol se extiende suavemente por el valle, invitando a dar pasos tranquilos hacia la brillante colina de las flores, donde cientos de ellas florecen con el rocío matutino.
Uno de los atractivos más singulares de la Bahía Yang es el espacio cultural tradicional del pueblo Raglay, vívidamente recreado en el escenario junto a la cascada. Los visitantes pueden sumergirse en danzas apasionadas, escuchar el sonido del ma la y, especialmente, disfrutar de los mágicos sonidos del litófono y el Chapi, dos instrumentos musicales tradicionales estrechamente vinculados a la vida espiritual del pueblo Raglay. Este es uno de los instrumentos de percusión más antiguos del mundo, reconocido en su día como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Además, el Chapi, un pequeño instrumento de cuerda hecho de bambú, conmueve a los oyentes por su sencillez y sinceridad. Con tan solo unas pocas cuerdas, el Chapi puede producir un sonido conmovedor, como un susurro de cuento en las montañas y los bosques.
Los visitantes no solo disfrutan de la música , sino que también la experimentan en primera persona: prueban a tocar el instrumento, aprenden a usar instrumentos musicales tradicionales, visten trajes raglay y participan en la colorida danza comunitaria. Este viaje cultural no solo amplía el conocimiento, sino que también despierta profundas emociones, donde la música y la gente se fusionan, de modo que cada visitante que sale de la Bahía de Yang se lleva consigo un trocito de las montañas y los bosques, tranquilos pero inolvidables.
Actuación artística de niños y niñas de Raglay para turistas
Se puede decir que el alma de la Bahía de Yang reside en los platos típicos de montaña: rústicos, naturales, pero ricos e inolvidables. Sin necesidad de ingredientes lujosos ni preparaciones elaboradas, los platos se crean con lo que ofrecen las montañas y los bosques: pescado de arroyo, gallinas de montaña, jabalíes, verduras silvestres..., todo ello fusionado en una sinfonía culinaria rústica, llena de alma campestre y humanidad. Al venir aquí, no solo podrá disfrutar de una comida deliciosa, sino también de una vida tranquila, integrándose en el ritmo rural y afectuoso de la vida.
Con su belleza natural, sus paisajes poéticos y su vibrante cultura, la Bahía de Yang atrae a numerosos turistas nacionales y extranjeros, especialmente a quienes disfrutan explorando, sumergiéndose en la naturaleza, descubriendo la vida cultural local y disfrutando de una gastronomía única. Al mismo tiempo, el respeto y la preservación de la belleza natural son el principio rector que la Bahía de Yang ha perseguido, persigue y seguirá defendiendo para desarrollar un turismo sostenible en el contexto actual.
Fuente: https://thanhnien.vn/yang-bay-hoi-tho-thien-nhien-giua-dai-ngan-185250610095047607.htm
Kommentar (0)