El estudio fue realizado por expertos del Centro Médico de la Universidad Erasmus de Róterdam, Países Bajos. El equipo de investigación analizó muestras de cabello de más de 6000 adultos. El objetivo era analizar la concentración de cortisol, la hormona del estrés, en el cabello, según el sitio web de noticias de salud Medical Daily .
Un nuevo método podría identificar el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular al analizar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, en el cabello.
Se realizará un seguimiento de los participantes durante un promedio de cinco a siete años para evaluar la relación a largo plazo entre el cortisol y las enfermedades cardiovasculares. Durante este tiempo, 133 personas sufrirán infartos y accidentes cerebrovasculares.
Los resultados de las investigaciones muestran que las personas con niveles altos de cortisol en el cabello tienen un riesgo promedio de infarto y accidente cerebrovascular que se duplica. En particular, en las personas menores de 57 años, este riesgo se triplica.
Al explicar el mecanismo de este fenómeno, los investigadores afirmaron que la concentración de cortisol en el cabello revela el nivel de estrés que una persona ha experimentado en los meses anteriores. Esto se debe a que, cuando se está estresado, el cuerpo secreta la hormona cortisol. Una parte de esta hormona permanece en el cabello.
"Esperamos que el análisis del cabello pueda servir como una prueba útil para ayudar a los médicos a identificar qué pacientes tienen un alto riesgo de enfermedad cardiovascular", afirmó la profesora Elisabeth van Rossum, una de las autoras del estudio.
Enfermedad cardiovascular es un término general que se utiliza para describir las enfermedades que afectan el corazón y los vasos sanguíneos. Estas enfermedades incluyen la enfermedad de las arterias coronarias, el infarto de miocardio, el accidente cerebrovascular, la hipertensión arterial y varias otras.
Los factores que conducen a enfermedades cardiovasculares incluyen la edad, el sobrepeso, la obesidad, la hipertensión arterial, el colesterol alto, el tabaquismo, el consumo de alcohol, la falta de ejercicio, la genética y otros factores. Para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, es necesario comer sano, reducir el estrés, hacer ejercicio regularmente y evitar el alcohol y el tabaco, según Medical Daily .
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