
La Asamblea Nacional votó a favor de una Resolución sobre la exención del pago de matrícula y el apoyo a niños de preescolar, estudiantes de secundaria y quienes cursan programas de educación general en instituciones educativas del sistema educativo nacional. Foto: Asamblea Nacional
Este es un gran paso adelante en la política de justicia social, y marca la notable madurez del sistema político a la hora de potenciar el desarrollo de todos los niños vietnamitas.
En menos de un año, desde que el Secretario General To Lam presentó la idea de la política en la sesión de la Asamblea Nacional a finales de 2024, hasta que el Politburó la emitió y la Asamblea Nacional aprobó la Resolución, esta se ha convertido en realidad. ¿Qué ha impulsado una velocidad de decisión tan sin precedentes? ¿Y por qué esta política reviste especial importancia en el actual proceso de desarrollo nacional?
Pensando en cuidar a las personas desde la raíz
En una sesión de debate grupal en la Asamblea Nacional a finales de 2024, el Secretario General To Lam transmitió un mensaje contundente, conciso pero profundo: "De ahora en adelante, el Estado abolirá las tasas de matrícula y apoyará a los niños en edad escolar. ¡Así debe ser el progreso!". Sin florituras ni formalismos: este es un llamado que surge de una visión estratégica y de la preocupación por el desarrollo de la joven generación vietnamita.
Ese mensaje sitúa la educación no solo como la "principal política nacional", sino también como la principal responsabilidad del Estado hacia las generaciones futuras. Y lo que es más importante, el Secretario General no solo planteó el tema, sino que también le infundió la voluntad de actuar, para que todo el sistema político pudiera sumarse y convertir un deseo humano en una realidad política.
Cuando actuar por el pueblo es una orden
Tras el discurso del Secretario General, el Politburó se reunió y acordó la política a finales de febrero de 2025. Apenas cuatro meses después, el 26 de junio de 2025, la Asamblea Nacional aprobó oficialmente la Resolución.
Esta es una velocidad sin precedentes para una política de alcance nacional, que afecta a casi 20 millones de estudiantes y decenas de millones de hogares. Esta velocidad no es casualidad. Refleja un sistema político reformado para una acción eficaz, donde las órdenes de la cúpula pueden traducirse rápidamente en acciones legislativas y administrativas coordinadas.

La exención y el apoyo al pago de la matrícula son una clara afirmación de que invertir en educación es invertir en desarrollo sostenible.
Gracias al aparato simplificado, existen recursos para implementar políticas.
La pregunta inevitable es: ¿dónde están los recursos para implementar una política tan generalizada? En realidad, la fusión de organismos intermediarios, la racionalización de niveles intermedios como los distritos, la reforma salarial y los contratos de gasto han creado un nuevo margen fiscal, desde el cual el presupuesto se ha orientado hacia la reducción del gasto en el aparato y el aumento del gasto en capacidad humana.
Priorizar los recursos para la educación, especialmente para los estudiantes y las familias, representa un cambio importante de pensamiento: recortar donde hay poco valor agregado, para invertir donde hay valor de crecimiento a largo plazo.
La gran importancia de la política de exención y apoyo a la matrícula
Esta política de eximir y apoyar el pago de la matrícula para estudiantes de secundaria no es solo una medida financiera, sino una decisión de desarrollo sistemática y estratégica. En su interior se encuentran amplios matices que abarcan desde la educación, la sociedad, la confianza pública hasta el futuro de la nación.
En primer lugar, en términos de educación, este es un paso importante hacia la consecución de la educación universal de forma real. Ya no existirá la situación en la que los estudiantes tengan que abandonar la escuela solo por no poder pagar la matrícula, una barrera aparentemente pequeña, pero que puede interrumpir el camino de un niño hacia la edad adulta.
Como ha enfatizado repetidamente el Primer Ministro Pham Minh Chinh, es necesario asegurar el acceso igualitario a la educación para todos, especialmente en las zonas remotas, fronterizas e insulares, las áreas de minorías étnicas, los pobres y los grupos vulnerables.
Para los estudiantes de minorías étnicas, de zonas remotas o con discapacidad —los grupos más vulnerables—, esta política facilita un acceso más equitativo al conocimiento. Al mismo tiempo, al apoyar a los estudiantes de instituciones privadas con un nivel equivalente al de las tasas de matrícula públicas, las escuelas privadas también tienen las condiciones para reducir las tasas de matrícula, mejorar la calidad y desarrollarse de forma sostenible, contribuyendo así a enriquecer y diversificar el sistema educativo nacional.
Socialmente, esta política reduce directamente la carga financiera de millones de hogares, especialmente de los pobres, los que se encuentran en situación de pobreza extrema y los que trabajan en la fuerza laboral. En un contexto de múltiples dificultades económicas, este apoyo es oportuno, ya que ayuda a las familias a estabilizar sus vidas e invertir con confianza en el futuro de sus hijos.
Además, la política también contribuye a reducir la brecha social entre los grupos de población, al garantizarse los derechos educativos por igual, independientemente de si se trata de escuelas públicas o privadas. A largo plazo, al disminuir el costo de la educación, aumenta el poder adquisitivo de las personas, lo que impulsa la recuperación del consumo interno, un importante motor del crecimiento económico sostenible.
En términos de confianza pública, esta política es una clara demostración de un gobierno que escucha y actúa. La gente no solo ve que la política se implementa rápidamente, sino que también siente que el gobierno realmente prioriza los intereses de sus hijos en la formulación de políticas. En un contexto donde la sociedad tiene grandes expectativas de reforma institucional y mejora de la calidad de vida, la distribución proactiva de la responsabilidad educativa por parte del gobierno es una señal contundente: el gobierno está cerca de la gente, para la gente y actúa por su futuro.
Finalmente, en términos de estrategia nacional, la matrícula gratuita y subvencionada es una clara afirmación de que invertir en educación es invertir en desarrollo sostenible. Una sociedad del conocimiento, una economía digital, una generación de ciudadanos globales: todo comienza con una educación equitativa y de calidad. Cuando cada niño tiene derecho a la escuela, a aprender y a desarrollarse, el país construye competitividad desde la base: desde la gente.
Acción para el futuro
La exención y el apoyo a la matrícula no son solo una política socioeconómica. Son una opción de desarrollo con una visión a largo plazo, un avance en la reflexión sobre el papel de un Estado constructivo y orientado a las personas. En esta opción, vemos claramente un consenso general, desde los líderes hasta los organismos legislativos y ejecutivos, y, de forma más amplia, desde la ciudadanía.
Estamos en el camino correcto: utilizar las instituciones para liberar recursos, utilizar los recursos para invertir en la gente y utilizar a la gente para crear el futuro.
Con esta política, no solo liberamos la matrícula. Estamos liberando el potencial de millones de estudiantes. Estamos empoderando a las familias de bajos recursos. Estamos sembrando las mejores semillas para el futuro.
Porque una nación sólo es verdaderamente fuerte cuando cada niño –sin importar dónde nazca o a qué escuela asista– tiene la misma oportunidad de crecer con el conocimiento, la fe y la compañía de un Estado que sabe cómo actuar.
Fuente: https://baolaocai.vn/mien-hoc-phi-menh-lenh-vi-dan-vi-tuong-lai-post404039.html
Kommentar (0)