Los diamantes de colores son un reflejo de la rica belleza de la creación.
Los diamantes azules, desde su delicada elegancia hasta su imponente poder, están adornados por el elemento boro. El dulce rosa o el rojo imponente son el resultado de misteriosas distorsiones en la red cristalina, como un susurro de la naturaleza reservado para quienes aprecian la belleza diferente. En particular, el color púrpura intenso se forma debido a distorsiones en la estructura cristalina que afectan la forma en que la luz pasa a través del diamante. O el misterioso color negro en los diamantes, como una noche tranquila, es el efecto de la presencia de innumerables impurezas en forma de grafito o pequeños minerales en su interior. Cada tono de los diamantes de color es una magnífica sinfonía que honra la perfección de la naturaleza. Símbolo de clase. El singular procedimiento de formación de los diamantes de color, a lo largo de millones de años bajo tierra, convierte a cada piedra en una obra irremplazable. Por lo tanto, el valor de los diamantes de color natural no solo reside en su espléndida belleza, sino también en su extrema rareza. Solo aproximadamente 1 de cada 10.000 diamantes extraídos son de color natural, lo que los convierte en un objetivo codiciado por inversores y coleccionistas. El valor de los diamantes de colores siendo alto, especialmente aquellos con matices profundos y saturación perfecta, que rompen constantemente todos los récords en el mercado de piedras preciosas. Diamantes de colores: símbolo del gusto refinado.
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