¿Alguna vez te has puesto una concha en la oreja para escuchar el llamado del misterioso océano?
La vida es la misma, diremos adiós a la inocencia de la infancia pero todos necesitamos esos momentos de paz y despreocupación que nos recuerden que la vida es mágica y primitiva.
Necesitamos y podemos escapar del bullicio de la agitada y estresante vida urbana, ir al mar para recargarnos, ver, disfrutar y sanar.
Artículo: Dam Duc Vu
Foto: Ngo Tran Hai An, Foto de archivo
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