En medio del caos de libros, Tue Anh, una estudiante de 8.º grado de la escuela secundaria Le Quy Don (barrio de Lao Cai ), encuentra relajación con el piano.
Tue Anh compartió con los ojos brillantes de alegría: «La música es como una amiga cercana para mí. Cada vez que me siento frente al piano, el estrés del estudio parece desaparecer. Una nueva pieza musical es como una pequeña montaña por conquistar, a veces difícil, pero también llena de emoción. A veces siento que la música entiende lo que quiero decir, ayudándome a sentirme más cómoda y segura».
Para Tue Anh, el piano no es sólo un pasatiempo, sino también un apoyo espiritual en la vida y el estudio.




Mientras Tue Anh encuentra la paz con el piano, Nguyen Duc Minh, estudiante de 6.º de Bachillerato de la Escuela Secundaria Le Quy Don, se lanza al escenario con valentía, talento y esfuerzo. Tras solo un año estudiando piano, Minh ha superado a más de 300 concursantes nacionales e internacionales y ha ganado la Medalla de Oro en el Festival Internacional de Música de Hong Kong 2025 en Vietnam.
Duc Minh recordó su camino hacia la conquista de la música y confesó: «Al principio, hubo muchos pasos difíciles; me desanimé, pero mi madre siempre me animó, así que los superé y me sentí muy feliz al recibir el premio. Seguiré esforzándome para aprobar el examen de admisión a la Academia Nacional de Música de Vietnam».
Practicar el piano una hora al día, alternando después de la escuela, se ha convertido en un hábito que ayuda a Minh a perfeccionar sus habilidades y a hacer realidad su sueño. Para él, el piano es una alegría, una pasión y también una puerta que le abre un futuro brillante.


La música no solo trae logros y alegría a los jóvenes, sino que también tiene una misión humanitaria. El músico Vu Dinh Trong, subdirector del Centro de Cultura y Cine de la provincia de Lao Cai, afirmó: «Una canción o una pieza musical puede sembrar compasión, amor y humanidad en los corazones del público. Espero que se le preste cada vez más atención a la música en las escuelas y en la vida social, para que se convierta en un puente entre generaciones».
Según el Sr. Trong, el valor de la música no se puede medir con números, sino por los cambios silenciosos en la personalidad humana.


Si la generación más joven encuentra alegría y dirección en la música, para artistas como Phung Chien, con casi 80 años y más de medio siglo de dedicación a la música, es una misión para toda la vida. No solo es compositor, sino también testigo de la historia.
Para él, la música no se limita a las notas, sino que se convierte en un arma suave, un flujo constante que nutre la fuerza de la comunidad. Sus obras emotivas reflejan fielmente el aliento de la vida, registrando la transformación de su tierra natal y su país a través de la música. A su avanzada edad, aún siente pasión por su pluma y su partitura, como para afirmar que la música no tiene edad.
Según el músico Phung Chien, tras los heroicos años de resistencia, el país alcanzó la paz, pero aún enfrentaba muchas dificultades y desafíos. Fue la música la que continuó iluminando el espíritu, alentando la voluntad, animando a los trabajadores a alzarse, creando solidaridad, instando a la gente a luchar por la belleza... La música siempre desempeña un papel fundamental, evocando emociones, fomentando la solidaridad y el orgullo nacional.
La música resuena desde la pequeña sala donde Tue Anh practica, desde las horas de práctica de Duc Minh o desde los corazones de músicos que han dedicado su vida al arte. Dondequiera que estén, la música tiene un valor común: nutrir el alma, infundir fe y despertar el deseo de desarrollo. Desde el "canto que ahoga el sonido de las bombas" de antaño hasta la melodía de piano en el aula actual, la música siempre ha sido un puente entre generaciones, por lo que las melodías vietnamitas resonarán para siempre.
Fuente: https://baolaocai.vn/ngan-vang-giai-dieu-cung-dan-toc-post881207.html
Kommentar (0)