El litio abre perspectivas en la medicina psiquiátrica y la investigación del tratamiento del Alzheimer

El litio, un metal conocido por sus propiedades estabilizadoras del estado de ánimo, ha vuelto al foco científico gracias a una nueva investigación que abre la perspectiva de su uso en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.

El litio se considera un pilar potencial en la medicina psiquiátrica y la investigación del Alzheimer. (Ilustración: Wikipedia)

El litio se ha utilizado durante mucho tiempo como tratamiento para el trastorno bipolar, ayudando a prevenir episodios alternantes de manía y depresión y reduciendo el riesgo de suicidio. Sin embargo, solo a un tercio de los pacientes se les prescribe litio, ya que es necesario controlar cuidadosamente los niveles sanguíneos para evitar efectos secundarios como daño renal, trastornos tiroideos y aumento de la micción.

Utilizado en forma de sal, el litio sigue siendo el estabilizador del ánimo más eficaz. Los avances en neuroimagen han demostrado que el litio promueve la plasticidad neuronal, aumentando la densidad dendrítica en la corteza prefrontal, fortaleciendo las conexiones entre neuronas y preservando la materia gris. Sin embargo, casi el 70 % de los pacientes bipolares no responden a la medicación, una afección relacionada con la ausencia o hipoactividad del gen LEF1, que limita los efectos reguladores del litio sobre las neuronas sobreexcitadas.

El litio se ha estudiado recientemente por su posible papel en la prevención y el tratamiento del Alzheimer, una enfermedad que afecta a casi 140.000 personas en Bélgica. El profesor Jean-Christophe Bier, neurólogo del Hospital Universitario Erasmo de Bruselas, afirmó que estudios en ratones demostraron que las placas amiloides, características del Alzheimer, son capaces de absorber y retener el litio. Experimentos con ratones suplementados con orotato de litio mostraron una reducción del daño nervioso y una mejora de la memoria.

El orotato de litio es un compuesto de litio combinado con ácido orótico, que se ha estudiado como suplemento de litio para favorecer la salud neurológica. A diferencia del litio prescrito para el trastorno bipolar, la eficacia y seguridad del orotato de litio no se ha demostrado plenamente en humanos, ya que los estudios se han realizado principalmente en animales. Sin embargo, estos estudios han abierto nuevas vías para la prevención y el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.

Además, persisten la toxicidad y las barreras económicas . Las dosis terapéuticas de litio pueden causar efectos secundarios graves en los riñones, la tiroides y el cerebro. La investigación sobre el litio es costosa y los medicamentos a base de litio no son rentables, lo que limita la inversión. Las terapias más recientes, como los anticuerpos monoclonales antiamiloide, retrasan la progresión de la enfermedad solo unos seis meses en un período de 18 meses y conllevan efectos secundarios y costos elevados.

Ante esta realidad, el profesor Bier enfatizó: «El litio no cura el Alzheimer. Necesitamos continuar la investigación, ser cautelosos en las aplicaciones clínicas y optimizar su uso para maximizar la eficacia y minimizar los efectos secundarios».

Sin embargo, el litio sigue siendo un tema de investigación fascinante y misterioso, que continúa abriendo nuevas vías para el tratamiento de trastornos psiquiátricos y enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer. La historia médica de este metal está lejos de terminar, pero la precaución sigue siendo la máxima prioridad en cada paso de su aplicación clínica.

Fuente: https://baoquocte.vn/lithium-mo-ra-trien-vong-trong-y-hoc-tam-than-va-nghien-cuu-dieu-tri-alzheimer-326465.html