En la era digital, los datos no son solo el nuevo recurso, sino también la herramienta definitiva de poder. En China, conocido como el "país más conectado del mundo ", un sofisticado ecosistema de vigilancia opera de forma silenciosa pero poderosa.
Las cámaras de reconocimiento facial están ubicadas densamente en cada intersección, algoritmos de análisis de comportamiento se ejecutan en segundo plano en cada aplicación, desde pagos electrónicos hasta redes sociales, los datos personales se compilan en perfiles digitales tan detallados que cada paso, transacción... puede ser analizado.
¿Cuál es el panorama actual de la vigilancia con cámaras en China? ¿Y cuáles son los enlaces de datos que conectan a cada ciudadano con este sistema de vigilancia?
Una visión general de la vigilancia con cámaras en China
China es actualmente el líder mundial en la implementación de cámaras de vigilancia CCTV (circuito cerrado de televisión), con más de 700 millones de cámaras de seguridad instaladas en todo el país en 2024, según estadísticas de Comparitech y Statista .
Se trata de una cifra que supera ampliamente a la de cualquier otro país y equivale a casi la mitad de las cámaras de vigilancia a nivel mundial, convirtiendo a China en el país con el mayor ecosistema de cámaras de vigilancia del mundo.
Estos sistemas no sólo registran imágenes sino que también integran reconocimiento facial, análisis de comportamiento, inteligencia artificial (IA) y tecnologías de big data para monitorear el comportamiento social en tiempo real.

El modelo de "ciudad inteligente" en China ha convertido las cámaras en "ojos mágicos" insomnes (Foto: NYTimes).
Desde grandes ciudades como Beijing y Shanghai hasta áreas rurales remotas, las cámaras de CCTV se han convertido en una parte inseparable de la vida china moderna.
No es difícil ver que el modelo de "Ciudad Inteligente" en China ha convertido las cámaras en "ojos mágicos" que nunca duermen. Estos dispositivos están integrados con IA para analizar comportamientos inusuales, como aglomeraciones, conducir en sentido contrario, estacionar ilegalmente o saltarse semáforos en rojo.
Más allá de la gestión del tráfico, las cámaras de CCTV también contribuyen a la creación de un sistema de "puntaje de crédito social" donde los ciudadanos son evaluados y clasificados según su comportamiento público. Esto es clave para la ambición de China de crear una sociedad impulsada por la inteligencia artificial y los datos en tiempo real.
Una de las tecnologías clave integradas en el sistema de CCTV de China es el reconocimiento facial. Gracias a su rápido y preciso reconocimiento, los algoritmos de IA actuales pueden identificar a una persona en cuestión de segundos, incluso si lleva mascarilla o sombrero.
Esta tecnología se utiliza cada vez más para rastrear delincuentes, buscar personas desaparecidas, controlar el acceso a zonas residenciales, zonas comerciales, escuelas, metro...
Aplicaciones de la tecnología de reconocimiento facial: de la seguridad al comercio
La tecnología de reconocimiento facial no sólo se utiliza con fines de seguridad, sino que también ha penetrado profundamente en los campos del comercio minorista, la banca y la gestión urbana.
Algunas tiendas en Pekín y Hangzhou permiten pagar con solo escanear el rostro, sin necesidad de efectivo ni tarjetas. En las escuelas, los sistemas de CCTV pueden identificar a los estudiantes que llegan tarde, se quedan dormidos en clase o se comportan de forma anormal.
Las huellas digitales (transacciones, redes sociales, identidades, dispositivos móviles, aplicaciones...) no existen de forma independiente, sino que están estrechamente vinculadas al sistema de CCTV. Allí, cada acción que realizas contribuye a un registro digital.

Cada acción del usuario en Internet puede ser rastreada, desde la ubicación, el correo electrónico, la aplicación, el mensaje, la foto... hasta las transacciones en línea, las publicaciones en línea, los contactos en la libreta de direcciones (Foto: NYTimes).
En concreto, los sistemas de cámaras de vigilancia (CCTV) registran imágenes de rostros, voces y comportamientos de personas en lugares públicos, mientras que las plataformas de pago digital como Alipay o WeChat Pay almacenan detalles sobre los hábitos de los consumidores, los niveles de gasto y las ubicaciones de las transacciones.
Al mismo tiempo, las redes sociales registran todo el contenido publicado, incluidas publicaciones, comentarios, imágenes y tiempos de interacción.
Todas estas fuentes de datos, al integrarse, forman una red integral de vigilancia digital. Con el apoyo de algoritmos de aprendizaje automático e IA, el sistema puede analizar el comportamiento, crear perfiles digitales de ciudadanos y realizar evaluaciones cuantitativas de la confiabilidad social.
Estas calificaciones se utilizan para controlar el acceso a servicios como la compra de billetes de tren de alta velocidad, la obtención de crédito, la reserva de hoteles o incluso los viajes al extranjero. A largo plazo, los datos también podrían servir a los modelos de IA para predecir riesgos conductuales, ayudando así a las autoridades a prevenir comportamientos considerados poco éticos.

Las cámaras de seguridad juegan un papel importante en el sistema de "crédito social" comercial y público de China (Foto: SCMP).
Cabe destacar que China también es el país con mayor número de empresas tecnológicas del mundo que producen equipos de vigilancia y suministran millones de cámaras y sistemas de software de gestión tanto a nivel nacional como internacional.
Sin embargo, esto también ha suscitado preocupaciones en Occidente, sugiriendo que algunas empresas tecnológicas chinas podrían utilizar tecnología de vigilancia de formas que afecten la privacidad, especialmente en Estados Unidos y algunos países europeos.
Lecciones de tecnología para los países en desarrollo
En la era de la digitalización integral, la aplicación de tecnologías de vigilancia inteligente no es sólo una tendencia sino también un requisito inevitable para la gestión urbana, la prevención del delito y la mejora de la eficacia de la gobernanza social.
Es innegable que China -la primera potencia tecnológica del mundo y la segunda economía más grande del mundo en la actualidad- ha desplegado con éxito un ecosistema de vigilancia integrado de IA, Big Data y una densa red de cámaras, generando muchos resultados positivos en la práctica de la gestión de la población, el orden público, el tráfico, la salud y las finanzas.
En una publicación llamada Surveillance State de dos periodistas Josh Chin y Liza Lin (Wall Street Journal - EE.UU.), los autores afirman que estas tecnologías en realidad no son inventadas por China, sino que son desarrolladas principalmente en Silicon Valley (EE.UU.), por corporaciones como Google, Facebook y Amazon.
La diferencia es qué país puede aplicarlo más eficazmente, desplegarlo a mayor escala y tener un control estricto y una estrategia nacional.
Países desarrollados como China, EE.UU., Europa... han aprovechado con éxito el poder de la tecnología moderna para actualizar todo el sistema hacia la inteligencia y la capacidad de predecir el comportamiento.
Esto también es algo que muchos países, especialmente los países en desarrollo, pueden aprender.
Fuente: https://dantri.com.vn/cong-nghe/he-thong-camera-ai-giam-sat-tac-dong-vao-xa-hoi-trung-quoc-ra-sao-20250717111317250.htm
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